Filmoteca Vasca

La Filmoteca


Tras varios días intentando acudir a la Filmoteca Vasca, por fin lo conseguimos el 15 de Diciembre. Ningún día los alumnos de 4º de Periodismo de la UPV habíamos llegado tan pronto a la Universidad. Antes de las nueve de la mañana ya estábamos casi todos esperando a zarpar en esta nueva aventura del saber. Y es que nos hacía especial ilusión visitar un lugar tan interesante. Finalmente la salida se retrasó unos minutos pero gracias a la astucia de los conductores de los dos autobuses en los que viajamos, llegamos a la hora prevista a Donostia-San Sebastián.




A nuestra arribada en la ciudad, a un grupo nos tocó esperar hasta las 12 mientras que el resto examinaba la Filmoteca. El día nos acompañó y entretanto pudimos disfrutar de una pequeña visita por las calles de San Sebastián. Cuando por fin llegó nuestro turno, el edificio que teníamos ante nuestros ojos nos pareció algo insignificante, no así lo que escondía su interior.

Nuestro paseo por el lugar comenzó con la presentación de John Gómez, responsable del organismo y quien haría de guía. Continuamos con la proyección de tres mini documentales en una sala muy reducida donde apenas cabían 20 personas, (como comprendimos más tarde, es así de limitada puesto que se utiliza para representaciones privadas). El primero de ellos fue La inauguración de San Mamés de 1913 y que duró unos tres minutos. En él aparecían los jugadores del Athletic en el Estadio durante el estreno del mismo. Después llegó Ocharcoaga rodado en los años 60 y que en 11 minutos recogía la evolución de este barrio bilbaíno que pasó del chabolismo a la revolución del franquismo en un breve periodo de tiempo. Por último proyectaron San Sebastián, novia de España de 1955 y que era un paseo por los paisajes y tradiciones de esta reconocida urbe. Además como nos conto nuestro monitor «fue la primera película en color sobre Donosti y al llegar en muy malas condiciones a la Filmoteca tuvimos que restaurarla digitalmente».


Después la expedición continuó haciendo una breve referencia a los inicios del cine con los hermanos Lumière. Como supimos, lo primero que la gente pudo apreciar de este nuevo arte fue la proyección en 1895 de la salida de una fábrica y la llegada de un tren a París. Un hecho que marcó toda una revolución. Otra de las figuras que John destacó fue la de Alexander Promio, quien fue instruido por los Lumière y convertido en un gran operador. Promio viajó a España y filmó en 1896 La llegada de los toreros, una película muy antigua y que según nos dijo «no puede reproducirse porque no hay reproductor en marcha que pueda hacerlo». También aprendimos que la creación de las Filmotecas se debió a que los grandes estudios comenzaron a quemar las películas mudas con la llegada del cine sonoro porque ocupaban mucho espacio. Fue en Francia donde nacieron estos primeros establecimientos que posteriormente se distribuyeron por el resto de los países. En 1978 se creó la Filmoteca Vasca con la intención de salvaguardar el Patrimonio Cultural Vasco.

Tras ello John nos hablo del material con el que las películas están hechas. Para ello nos repartió un fotograma a cada uno de nosotros donde aparecía la escena de un determinado metraje. «Las primeras películas son de nitrato de celulosa […] pero era muy peligroso. En los años 30 comienza a cambiarse por acetato de celulosa y después se pasó al poliéster», dijo. Asimismo pudimos conocer que las películas tienen dos partes, el plástico y la parte química, una emulsión que se le da para que se vean los fotogramas que pasan a una velocidad de 24 imágenes por segundo y que es el defecto de nuestra retina, que detiene las imágenes, el que nos deja ver el movimiento.

A continuación pasamos a una habitación donde estaban guardados todos los rollos de las películas a una temperatura y humedad correctas para mantenerlas. John nos digo que si se cumplen estos dos requisitos, una película analógica puede durar incluso 500 años. La Filmoteca no tiene límites ya que según pudimos apreciar, los formatos en los cuales guarda pueden ser desde un Super 8 hasta un formato digital. Este rincón del trayecto llamaba bastante la atención. Las estanterías estaban completamente llenas de cilindros planos verdes, que contenían películas de toda una era. Cada uno de ellos con un rótulo diferente que incitaba a la curiosidad por saber que historias trataba. «Aquí hay buena muestra del cine vasco desde sus comienzos» dijo nuestro conductor. Algunos de los títulos que destacó fueron La monja Alférez y Lolita la huérfana además del trabajo de los hermanos Azcona.

Igualmente habló sobre películas que bajo orden de por el entonces Gobierno Vasco y PNV, se hicieron tras la Guerra Civil para reivindicar la labor vasca en la contienda. Algunas de ellas fueron Guernica y Frente de Vizcaya y 18 de Julio (1936/1937) sobre el bando Franquista. «Era su sistema de propaganda para dar su mensaje. […] El Bando nacional mandaba imágenes de Iglesias quemadas y decía que habían sido los rojos», comentaba John ante nuestra atónita mirada. Con ello volvimos a retroceder en el tiempo para hablar del cine amateur, una joya dentro de este arte y el cual está muy presente en la Filmoteca. Conforme John manifestó, con el franquismo solo podían rodar películas quienes estaban autorizados, por lo que el cine vivió una etapa oscura. El cine amateur fue una forma de transmitir la memoria histórica de Euskadi y del país. «Son bodas y bautizos pero muy importantes porque forman parte de la historia vasca», comentó mientras agregaba, «la gente envía estas películas amateur que tiene en casa a la Filmoteca para que allí se guarden y sobrevivan en perfectas condiciones. A cambio, se les da una copia».

Prolongamos este hecho ilustrando la evolución del cine vasco. Fue en los años 80 cuando se dio el gran auge del cine en euskera gracias a las subvenciones y al trabajo de directores como Montxo Armendáriz así como a películas tan míticas como La fuga de Segovia. Sin embargo, en los años 90 decayó por falta de dinero. «Ahora ha vuelto a hacerse cine en euskera. Hay cortometrajes en euskera y castellano hechos en Euskadi y que serán de los mejores cortos que se hacen en el mundo», concluyó John Gómez.

Entre las preguntas que se hicieron en el transcurso de la visita hubo una que llamó la atención. ¿Quién financia la Filmoteca?, preguntaron. John dijo que de esto se encarga el Gobierno Vasco. También hubo alguna frase memorable del guía como por ejemplo esta: «Seguimos manteniendo estos archivos -los analógicos- pero cuando el cine sea totalmente digital nosotros nos convertiremos en el centro de conservación de cine analógico».

Una vez fuera de la sala y ya finalizada la visita, algunos de nosotros le preguntamos sobre actividades que la filmoteca lleva a cabo. El responsable hizo hincapié en una retrospectiva sobre Álex de la Iglesia de la que ya había hecho breves pinceladas en el trascurso de la cita y que en estos momentos se realiza en Donosti, Bilbao y Bayona. Seguro que merece mucho la pena ver.

Tras esta mini conversación con quien durante unos minutos había sido nuestro maestro, volvimos al autobús para poner rumbo a Bilbao. Habíamos tenido que esperar cuatro años para hacer una salida de este tipo, una excursión que nos alegró el alma (después de tanto apunte) como si de unos peques nos tratáramos. Pero ante todo una nueva experiencia que hará que no seamos ajenos ante lo importante que la cultura llega a ser en un país. Una memoria de la que alguna vez como periodistas, esperamos formar parte. 

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